Moderator: Card. Óscar Andrés RODRÍGUEZ MARADIAGA, S.D.B.
Relator: Card. José Luis LACUNZA MAESTROJUÁN, O.A.R.
Siguiendol a misma metodología usada en las reuniones anteriores, iniciamos la lectura, punto por punto, de la IIIª Parte del Instumentum Laboris.
– El primer punto que detuvo nuestra atención fue el tema del enamoramiento y las etapas de la preparación al matrimonio (remota, próxima, inmediata), constatando que, además de animar a los candidatos a la participación litúrgica, adolece de limitación en el tiempo. Para ello, las Parroquias deben elaborar y ofrecer itinerarios de formación.
– Igualmente, se hace hincapié en que, entre los lugares de la educación en el amor, ocupa un lugar de primer orden la familia, ya que es un deber primario de la misma.
– La familia es origen de vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, sin excluir de ello a las familias en situaciones difíciles.
– Es cierto que la mayoría de las legislaciones civiles no recogen ni expresan los valores evangélicos de la familia y, por ello, deberíamos hacer causa común con otras confesiones religiosas cristianas y aun con otras religiones que comparten el ideal de familia.
– A medida que vamos avanzando en la lectura, aparecen muchas repeticiones e incluso un constante desorden en la elaboración de los temas, por lo cual se sugiere que la Comisión de Redacción revise, reorganice y hasta reelabore los números 84, 85, 86, 94 y 95.
– A lo largo del texto se usa la expresión “comunidad cristiana” sin que se defina a qué se refiere: ¿la parroquia? ¿las pequeñas comunidades eclesiales? ¿las comunidades eclesiales de base? ¿los movimientos y asociaciones?
– Los números del 114 al 117 están ya acogidos y resueltos por el Papa Francisco en los dos Motu Proprio “Mitis et misericors Iesus” y “Mitis Iudex Dominus Iesus”, del pasado 15 de agosto, para las causas de declaración de nulidad matrimonial en el Código de los Cánones de las Iglesias Orientales y en el Código de Derecho Canónico. Haría falta que la Comisión de Redacción elabore un número que indique la aplicación de los Motu Proprio, a la vez que se pida ayuda para la misma.
– Jesús manifiesta cercanía y los cristianos, al estilo de Jesús, tenemos que hacer lo mismo ya que, como decía San Agustín, “lo que comes, da”. Se necesita, por tanto, integrar a los divorciados vueltos a casar mediante un itinerario “via caritatis” que permita abrir puertas y estar cerca de los que están heridos.
– Es cierto que podríamos preguntar ¿quién excluye a quién?yque el sacramento de la Eucaristía es sacramento de vivos, pero hay que hacer todo lo posible y necesario para atraer a quienes están alejados.
– La `vía de la caridad`es una pastoral que acoge y acerca, mientras que la `vía judicial`en muchos despierta sospechas y recelos y no hay duda de que muchos de nuestros matrimonios no son verdaderos sacramentos.
– No basta con hablar de caminos de misericordia y cercanía, sino que debe llegarse a propuestas concretas porque, si no, nos vamos a quedar en palabrasbonitas pero vacías. Quizá la “descentralización” de la que habló el Santo Padre en la conmemoración de los 50 años del Sínodo puede ayudar a hacer más ágil y cercana la solución, evitando, incluso, muchas formas de discriminación que hay en la Iglesia sobre estas personas.
– Parece que, en el tema de la cercanía, estamos todos de acuerdo, pero ¿qué pasa cuando se plantea el acceso a los sacramentos? Sin duda, tenemos que plantear un movimiento generoso quitando del camino muchas trabas para que los divorciados vueltos a casar puedan participar más ampliamente en la vida de la Iglesia: no pueden ser padrinos, no pueden ser catequistas, no pueden dar clases de religión… Tenemos que dar muestras de que hemos escuchado el “grito” de tantas gentes que sufren y gritan pidiendo participar lo más plenamente posible en la vida de la Iglesia.
– Por otro lado, tenemos que acabar con el continuo reproche que lanzamos a la cara de quienes han fracasado en sus primeras nupcias, sin olvidar que también nosotros tenemos culpa en ese fracaso ya que no les hemos acogido, hemos cumplido simplemente con las formalidades y los requisitos legales y, muchas veces, a través de secretarias…
– De igual manera, hay que acabar con la actitud elitista y sectaria que muestran muchos miembros de la comunidad cristiana hacia esas personas.
– El tema de la adopción también centró nuestra atención. En algunos países y ambientes no resulta fácil abordarlo por la propia legislación, pero debe quedar claro que, en toda adopción, debe prevalecer y debe ser respetado el bien del niño por encima de cualquier otro interés.
– Finalmente, en cuanto al tema de la familia y su rol como promotora de la vida y de la educación, se señaló la necesidad de salvaguardar el respeto a la conciencia rectamente formada de los esposos, al igual que el deber de los Estados de proveer una educación accesible y de calidad para que todos los padres de familia puedan cumplir con su derecho intransferible de ser los primeros educadores de sus hijos.
Al final del trabajo, resultaron aprobados 59 MODOS.
Queremos dejar constancia del ambiente fraterno, de diálogo sincero y fecundo, que caracterizó el trabajo del grupo. Y agradecemos al Santo Padre la oportunidad que nos está dando de, “cum Petro et sub Petro”, vivir este camino de sinodalidad al servicio de la Iglesia.