El Cardenal Marx se refirió así a la relación (documento) que su grupo lingüístico dio a conocer sobre sus aportes para el texto final del Sínodo de los Obispos, que será votado párrafo por párrafo el sábado 24 de octubre.
En conferencia de prensa realizada esta tarde en la Sala Stampa del Vaticano, el Cardenal Marx dijo que “el Sínodo llega a su fin (el 25 de octubre) pero no será el final. En el grupo de los que hablamos alemán tenemos algunas propuestas” que “se las hemos dado al Santo Padre y veremos si son aceptadas”.
Tras reconocer que los obispos en un Sínodo no pueden “decidir sobre la doctrina”, el también Arzobispo de Munich y Freising dijo que lo que han propuesto de manera unánime los obispos de su país “lo hemos discutido muy intensamente” y “no es solo un problema alemán”.
El Cardenal dijo además que espera que el Sínodo “no sea un Sínodo de puertas cerradas sino de puertas abiertas para la gente”, capaz de decirles a las personas “estaremos con ustedes cuando fallen” o cuando “sus sueños” no puedan ser alcanzados.
La relación del círculo menor en alemán
En el texto de los obispos alemanes se señala, entre otras cosas, que “es bien sabido que en las dos sesiones del Sínodo hubo un debate intenso sobre el asunto de si, y hasta qué punto, los divorciados vueltos a casar, cuando quieren tomar parte de la vida de la Iglesia, pueden recibir el sacramento de la Confesión y la Eucaristía bajo ciertas condiciones”.
“Los divorciados vueltos a casar deben preguntarse cómo han tratado a sus hijos cuando la comunidad matrimonial entró en crisis. ¿Hubo un intento de reconciliación? ¿Cuál es la situación del compañero que se ha dejado atrás? ¿Cuál es el efecto de la nueva unión en la familia extendida y en la comunidad de los fieles? ¿Cómo afecta esto el rol de ser un ejemplo para los jóvenes que están considerando casarse? Una evaluación honesta puede fortalecer la confianza en la misericordia de Dios que no rechaza a nadie que presenta su fracaso y su sufrimiento ante Él”, indica el documento.
Ese “camino de reflexión y penitencia puede, en el foro interno, con una mirada a la situación objetiva en conversación con el confesor, contribuir a la formación de la conciencia y a la clarificación de hasta qué punto es posible el acceso a los sacramentos”.
La propuesta del Cardenal Marx al Sínodo
En su intervención el 14 de octubre ante los obispos llegados de distintas partes del mundo para participar del Sínodo de la Familia, el Cardenal Marx afirmó que “debemos seriamente considerar la posibilidad –mirando cada caso individualmente y no de modo general– de admitir a los divorciados vueltos a casar a los sacramentos de la Penitencia y la Santa Comunión”.
Esto debe permitirse, prosiguió, “cuando la vida compartida en un matrimonio canónicamente válido ha fracasado definitivamente y el matrimonio no puede ser anulado, las responsabilidades de este matrimonio se han resuelto, hay arrepentimiento por la falta que es la ruptura del vínculo matrimonial y exista la voluntad de vivir el segundo matrimonio civil en la fe, educando a los hijos en la fe”.
La intervención del Cardenal Marx se da luego de años de una serie de pedidos de los obispos alemanes para cambiar las normas de la Iglesia al respecto, pese a que en los últimos 50 años los Papas han rechazado esta propuesta por ir en contra de la doctrina de la Iglesia que establece que el matrimonio es indisoluble y que este vínculo solo concluye con la muerte de uno de los esposos.
En el vuelo de regreso de Filadelfia a Roma a finales de septiembre, el Papa Francisco dijo a los periodistas que darle la Comunión a los divorciados en nueva unión era una solución “simplista” al problema.