Durante el programa “EWTN: Sínodo de la Familia”, el Prelado reflexionó sobre la realidad de la familia española y expresó su deseo porque cada hogar “llegue a ser y a tener todos los elementos que son necesarios para experimentar lo que es la comunidad cristiana”.
En ese sentido, alentó en primer lugar a hacer que Cristo vuelva a ser el centro de cada familia. La familia, explicó, es una comunidad donde hay personas de todas las edades, desde los abuelos, pasando por los padres y los hijos; y en ella quién debe ocupar “el centro de esa diversidad es Jesucristo”, el Señor “con ese rostro misericordioso, de amor, que no elimina a nadie, sino que nos hace experimentar que necesitamos a todos”.
“En segundo lugar, que hubiese momentos de oración” con todos los miembros de la familia. “Que todos los días, al finalizar, se leyese el Evangelio del día o se rezase al menos un misterio del Rosario. También que hubiese un rincón en la casa que manifestase que ahí está una familia cristiana”, es decir, un lugar especial donde “estuviese un Cristo, una imagen de la Virgen, la Biblia, el catecismo de la Iglesia Católica”.
Finalmente, alentó a celebrar la Eucaristía dominical en familia. “Una parroquia es una comunidad de familias, de donde sale una gran familia”, indicó el Prelado, quien además advirtió que “la fe que no se celebra a la larga se olvida”. “Hay que celebrar la fe”, insistió el Arzobispo de Madrid, y aseguró que “lo mejor de mi vida lo he aprendido en mi familia”.