VATICANO, 19 Oct. 15 / 06:22 pm (ACI).- “Hay que encontrar nuevamente la capacidad de explicar qué significa ser un varón, qué significa ser una mujer, ser madre, ser padre, ser hijos”, afirmó el pensador y político católico Rocco Buttiglione, al advertir que en algunas partes –sobre todo Europa-, ciertas verdades que parecían naturales y evidentes, “no lo son más”, y que son parte de los desafíos del Sínodo de la Familia que se realiza estos días en la Santa Sede.
Durante el programa “EWTN: Sínodo de la Familia”, el político italiano, que tuvo una amistad cercana con San Juan Pablo II, explicó que era necesario un nuevo Sínodo para encontrar “nuestro camino, de hombres de hoy, en un mundo que es muy diferente del tiempo de la Familiaris Consortio”. “Aunque el hombre sea siempre el mismo, necesitamos volver a reflexionar sobre la situación de la familia”, afirmó.
En ese sentido, explicó que en los últimos años, mientras la Iglesia en África y en Asia crecieron, y en América Latina “ha tenido un gran camino de cambio y de profundización”, en Europa “se ha profundizado la crisis de la Iglesia. Y por eso encontramos una situación que es muy diferente”.
“Algunas verdades que parecían ser naturales, evidentes, inmediatas en Europa hasta hace poco, no lo son más. Hay que encontrar nuevamente la capacidad de explicar qué significa ser un varón, qué significa ser una mujer, ser madre, ser padre, ser hijos; y si no se entiende eso, se pierde el comienzo de la sabiduría humana, porque el hombre es hecho libre, pero hecho para la comunión, y la experiencia de la comunión en primer lugar es la familia”, señaló.
Buttiglione también advirtió que es necesario “aprender qué significado tiene la sexualidad humana”, porque cuando esta no es educada “se vuelve contra la comunidad”, destruye “y los hombres se quedan solos”.
Ante este escenario, el pensador católico indicó que para hacer entrar el Evangelio en la cultura de hoy, se debe “encontrar a los hombres que con su vida nos acercan a Cristo”. “Son muchos, son los santos”, pero no solo ellos, pues “muchos de nosotros entramos en la fe por causa de un padre, de una madre que con sus límites, con sus pecados, enseñaron qué significa ser hombres”.