El 28 de Diciembre es el Día Mundial del NO AL ABORTO. Que no sólo se conmemora con proclamar este día para acabar con el aborto sino con el recordar a los abortados.
¿Cómo?
En cada balcón se cuelga el dibujo hecho para este día. El dibujo se puede imprimir aquí; es un muñeco con pañal y atado a una cinta negra, que le pasa por debajo de los brazos y encima de su corazón, y que en un pie hay impreso: 28 de Diciembre Día del NO AL ABORTO. Este dibujo lo pueden tener todas las Webs amigas de este movimiento contra el aborto. Pero hay que salir al mundo dando a conocer y denunciando el asesinato de tantos inocentes.
Seamos buenos con los niños, recordándolos este día. Y quien tenga fe puede rezar un rosario por ellos.
Quien quiera puede también poner el dibujo en su coche en formato de pegatina.
Don Javier Bellido, padre de 16 hijos
Declaración en defensa de los inocentes abortados
Por Revelación Mariana y Divina a Primavera
Movimiento que desarrolla y propaga el NO AL ABORTO
Propulsor: Claudio Luis Durán
Por mandato Divino.
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28 de diciembre
Día del No al Aborto
“Ningún hombre, ninguna autoridad humana, ninguna ciencia, ninguna ‘indicación médica’, eugenésica, social, económica, moral puede exhibir o dar título jurídico válido a una disposición deliberada directa sobre la vida humana inocente, es decir, a una disposición que persiga su destrucción, sea como fin, o como medio para obtener otro fin que tal vez no sea en sí mismo absolutamente ilícito. Así, por ejemplo, salvar la vida de la madre es un fin muy noble; pero la muerte del no nacido directamente provocada, como medio para este fin, no es lícita. La destrucción directa de la llamada ‘vida sin valor’, nacida o por nacer, practicada en gran número en los últimos años, no se puede justificar de modo alguno”. (Pio XII.- “Discurso a los congresistas de la Unión Católica Italiana de Obstetricia, sobre el apostolado de las parteras”, 29-10-1951)
La Iglesia siempre, a través de todos los siglos, ha enseñado el valor infinito de la vida humana desde el instante mismo de la Concepción. Tan grande es el valor de todas y cada una de las vidas de los hombres desde Adán y Eva hasta el último hombre que exista en este mundo, que el mismo Dios se entregó a sí mismo como rescate de todos nosotros.
Y especialmente en estos últimos siglos, en que la cultura de la muerte parece haber declarado una guerra contra los más inocentes, la Iglesia, por boca de sus Papas y Obispos ha levantado la voz casi en solitario, por la defensa de la Vida, en especial la de los más inocentes, la de los niñitos en los vientres de sus madres.
Y, debemos admitirlo, lamentablemente no son pocos los católicos que, ante el constante bombardeo de los medios de comunicación y las políticas de turno, dudan de la validez de la vida humana en casos que son presentados como extremos y a través de los cuales hábilmente se saca el foco de la vida del niño, haciendo ver la importancia de la vida de su madre por sobre éste. Y manipulando las palabras logran manipular las conciencias.
Toda vida es importante, pero si debiéramos dar prioridad, deberíamos priorizar la de los más indefensos. Y es deber de los Cristianos Católicos el no bajar los brazos ni la voz para defender a todos los inocentes. Pues también debemos defender a las niñas violadas tanto como a sus bebés, a las mujeres maltratadas como a sus bebés, a las adolescentes madres como a sus bebes.
¿Hasta cuando vamos a asistir impasibles a esta demagogia instalada? Organizaciones que luchan por los derechos del niño pero a la vez apoyan políticas abortistas. Medios de comunicación que ven como única solución el matar al niño “producto de una violación” pero dejan en paz al violador y se olvidan de la violada. Campañas ambientalistas que defienden las crías de las ballenas pero piden la eliminación de las “crías humanas”. ¿¡Qué nos está pasando!?
Para los hombres de Fe la respuesta no es tan difícil. El mundo le ha dado la espalda a Dios. Ya ni siquiera es negar su existencia, sino es ignorarlo. Ignorar su Ley Divina y hacerle creer a los pueblos que leyes asesinas creadas en estados de “derecho” y bajo “democracia” son totalmente admisibles, pues prima el “bien común”, o sea, que las riquezas, bienes del mundo, sean de unos pocos. Y que aquellos a quienes no les va a tocar nunca nada de ese bien, sean eliminados.
Pero, ¿se ha visto alguna vez genocidio más grande en la historia? Con razón los medios no se ocupan del hambre en África, ni de las persecuciones a cristianos en la India, ni de cómo se violan los derechos humanos en China. ¿Para qué ocuparse de quienes en el fondo tienen el mismo objetivo: eliminar al débil, al inocente, al indefenso, al molesto, al no deseado?
¡Cuántos gobernantes han hecho de la Declaración de los Derechos Humanos su bandera pero no tienen escrúpulos en legalizar el asesinato de sus futuros ciudadanos! ¡Cuántos “Hitler” tenemos hoy sentados en las bancas congresistas, en los diarios, en las Televisiones, en los Sindicatos, en los Ministerios, en los Centros de… ¿Salud? !!! ¿Acaso el derecho a la vida no es un derecho humano? ¿No tiene ese derecho un niño en el vientre de su madre y sí lo tienen los bosques del Amazonas y los osos Panda y animales en extinción? ¡Ciegos! ¡Ciegos, Sordos y Muertos! ¡De tanto hablar de muerte han matado hasta su propia conciencia!
Los derechos del hombre están fundamentados en última instancia en Dios creador, que ha dado a cada uno la inteligencia y la libertad. Si se prescinde de esta sólida base ética, los derechos humanos se debilitan, pues pierden su fundamento sólido. (Benedicto XVI. Discurso por el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. 10-12-08)
¡Basta de muerte! ¡Por favor! ¿A quién queremos dejarle el mundo limpio de contaminación? ¿A quién queremos dejarles una naturaleza libre de humo y con especies sin extinción? ¿A quién se la dejaremos si matamos el futuro de la humanidad que son los niños de hoy? ¡Cada 5 minutos o menos se asesina un niño! Y eso se viene haciendo legalmente desde hace decenas de años en muchos países.
¿Dónde están los frutos en esos países? ¿Se acabo el hambre y la pobreza? ¿Dónde están las millares de mujeres felices que han abortado? ¿Dónde están los millares de hombres que asistieron, permitieron o propiciaron esos abortos? ¡Deberían ser una legión de hombres y mujeres “felices” por haber “luchado” a favor de la salud física y psicológica de la mujer! ¿Dónde están? Ya sabemos donde están. Escondidos de Dios, como Adán y Eva al descubrirse desnudos. Y no me pongan como ejemplos a los “estadistas” de turno o a las supuestas organizaciones de “bien público internacional” que se han transformado en mercenarios del capitalismo salvaje y por un lado venden tarjetas de navidad por los niños desnutridos y por otro apoyan políticas abortistas. No creo que el mundo haya conocido antes tamaña y malsana hipocresía. Si hasta Herodes debe admirarse…
Y así está este mundo. Desnudo de fe. Desnudo de Amor. Desnudo de Esperanza. Desnudo de Vida… ¿hay alguna desnudez peor que ésa? … desnudos de vida… vestidos de muerte… No hay libertad cuando se atenta contra el niño no nacido. No existe tal libertad.
“La libertad de matar no es auténtica libertad sino una tiranía que reduce al ser humano a la esclavitud” (Benedicto XVI)
Sólo Dios da una esperanza. Sólo Dios puede dar respuestas. Sólo Dios basta para que la Vida sea honrada, porque honrar la Vida es honrar a Dios, fuente de Vida. Y sólo los cristianos tenemos la grave responsabilidad de anunciarlo. Y anunciar a Dios es anunciar la Vida. Ay de aquel que lucha por la muerte…
¿Y acaso alguien piensa que Dios puede permanecer impasible ante este atropello?
El 28 de Diciembre, día de los Santos Inocentes que murieron en lugar de Dios, no es un día de bromas. Es el recordatorio de tantos millones de niños que como aquellos, mueren víctimas de la mente del poderoso que no admite posibles rivales. El Evangelio de San Mateo cita:
Así habla el Señor: ¡Escuchen! En Ramá se oyen lamentos, llantos de amargura: es Raquel que llora a sus hijos; ella no quiere ser consolada, porque ya no existen” (Jeremías 31, 15).
Lo hace al narrar la matanza de los niños inocentes. Hoy Raquel sigue llorando. Raquel son cada niña, cada joven, cada mujer que ha abortado a su hijo. Millones de mujeres a las que ninguna legislación del mundo ayuda. ¿O piensan que al matarle a su hijo la liberaron de problemas? ¡Médicos! ¡Ustedes lo saben! ¡Psicólogos! ¡No callen más la verdad de que una mujer que ha abortado llorará a su hijo toda su vida en una cruz sin pausa ni descanso! Mujeres que lloran en el silencio, la oscuridad, la soledad, a su hijito al que no pueden abrazar. Los gobiernos legalizan para matar al hijo de Raquel, pero luego dejan a Raquel sola, llorando desesperada.
La Iglesia conoce cuántos condicionamientos pueden haber influido en vuestra decisión, y no duda de que en muchos casos se ha tratado de una decisión dolorosa e incluso dramática. Probablemente la herida aún no ha cicatrizado en vuestro interior. Es verdad que lo sucedido fue y sigue siendo profundamente injusto. Sin embargo, no os dejéis vencer por el desánimo y no perdáis la esperanza. Antes bien, comprended lo ocurrido e interpretadlo en su verdad. Si aún no lo habéis hecho, abríos con humildad y confianza al arrepentimiento: el Padre de toda misericordia os espera para ofreceros su perdón y su paz en el sacramento de la reconciliación. (Juan Pablo II. Evangelium Vitae 99)
Los cristianos quizá nos sentimos abatidos ante semejante desproporción de lucha. Ante semejante “aparato” puesto en contra de la vida: Presidentes, Gobiernos, Organismos Internacionales, Empresas, Medios de Comunicación, todo el poder político y económico y capitalista del mundo ensañados con los más indefensos, los niños no nacidos, y usando además el dolor, la desesperación o la ignorancia de tantas Raquel que luego son desechadas en vida como fueron desechados sus propios hijos. Pero ante tanta organización de muerte nosotros tenemos de nuestro lado a Dios, el dador de toda vida, de la vida de la madre, de la vida del niño muerto y de la vida de los artífices de su asesinato: políticos, médicos, enfermeras y cómplices de guante blanco.
Hoy, por obediencia a Dios hago público su pedido, llegado a mí a través de un instrumento suyo: Primavera. (www.diosjesustehabla.com) (www.revelacionesdivinas.com)
+ A ti Claudio te doy Yo Dios la orden de anunciar al mundo que este día, el 28 de diciembre, no es para gastarse bromas ‘inocentes’ sino para propagar el No al Aborto.
Dios nos pide que hagamos del día de los Santos Inocentes, el 28 de Diciembre Día delNo al Aborto.
Y junto con esto Dios nos pide la Devoción a la Virgen del Perdón. A través de Ella, nuestra Madre, derramará incontables gracias en las madres que han abortado y a todas las personas implicadas que se arrepienten, y lograremos además salvar a muchos niños de morir y finalmente hacer que no hayan más abortos en el mundo.
¡Unámonos y que el día de los inocentes sea un clamor mundial por los que no pueden clamar!
+ Día Mundial del NO AL ABORTO. Que no sólo se conmemorará con proclamar este día para acabar con el aborto sino el recordar a los abortados. Y deseo Yo Dios, que en cada balcón se cuelgue un muñeco atado a una cinta negra. Ocúpate de proporcionar un dibujo así y que lo puedan imprimir, que haya un muñeco con pañal y atado a una cinta negra, que le pase por debajo de los brazos y encima de su corazón, y que en un pie haya impreso: 28 de Diciembre Día del NO AL ABORTO. Este dibujo que lo haga Montserrat Bellido Durán, y lo pueden tener todas las Webs amigas de este movimiento contra el aborto. Pero salid al mundo dando a conocer y denunciando el asesinato de tantos inocentes. Sed buenos con los niños, recordadlos este día y rezad por ellos.
Ese día, además de gritarle al mundo que el aborto debe terminar, recordaremos a los niños que murieron por esta causa. Y como signo externo, colocaremos en las ventanas de nuestras casas, en los balcones de nuestros edificios, un muñeco colgado con una cinta negra cruzando el pecho y por debajo de sus brazos.
¿Les parece grotesco? ¿¡Y qué son los “Papá Noel” y los deformes duendes verdes que han reemplazado a nuestra Navidad y la Sagrada Familia!? ¿No los cuelgan en los pinos y adornan las ciudades con ellos?
Pues, si al mundo le gustan los “símbolos” de las fiestas, recordémosle al mundo con otro símbolo, los muñecos colgados con una cinta negra, que millones de niños jamás celebrarán la Navidad con sus madres. Dejemos de lado las medias tintas y los eufemismos y digamos la verdad con palabras y con signos.
Cuento contigo, tú que defiendes la vida:
28 de Diciembre
Día del No al Aborto
¡Dios lo quiere! ¡Dios lo pide!
Claudio Luis Durán.