Voces llamando a la cordura en el Sínodo

Por Laura Aguilar 
para Puntadas católicas

Como era de esperarse, el Sínodo ha traido noticias para la Iglesia. Noticias que parecen vientos no favorables según algunos Obispos que ven en la  "Apertura" de la Iglesia que piden algunos, un grave peligro para nuestra fé.
Muchas de ésas voces no se escuchan en muchos medios. Comparto para tomar conciencia de la importancia de los temas que se están tratando y de la valentía que se necesita para defender la fé ante la embestida de una misericordia mal entendida.

Oremos para que el Espíritu santo ilumine a los Obispos y al Papa para tomar las decisiones correctas para bien de la Iglesia que es el Cuerpo de Cristo, para que las decisiones que se tomen no causen más dolor del que se pretende aliviar, que se tenga en cuenta el "Dejad que los niños vengan a mí, porque de ellos es el Reino de los Cielos", lo cual nos habla del decir "no" a la adopción de niños por parejas no heterosexuales, lo cual nos habla del mantenerse firme en no compartir la comunión a los divorciados, lo cual nos habla de la defensa de la vida ante el aborto, ante la eutanasia.

Si se permite la comunión a personas no arrepentidas de su pecado, si se aceptan cuestiones que están claramente definidas en el Evangelio, estaremos ahondando en las llagas de Cristo, estaremos clavando sus manos y pies de nuevo a la Cruz.

Cuando uno es consciente de su error, cuando ése error nos ha causado dolor, entonces podemos hacer algo para mejorar, para acercarnos verdaderamente a Dios. Si consecuentamos nuestros errores o ayudamos a otros a consecuentar los suyos, estamos faltando a la tan mencionada misericordia, la cual no es sólo alimentar, consola, sino también instruir al ignorante, reconvenir al equivocado aunque ésto no sea muy agradable de realizar.

Si Cristo no hubiera tenido la firmeza para decir "no" a las equivocaciones de sus contemporáneos, no hubiera sido crucificado y no hubiera resucitado y con ello, todo habría sido en vano.

Nos dice Jesús


PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE POLONIA

Mons. Stanisław Gadecki asegura que la «Relatio» del Sínodo se aparta del Magisterio de Juan Pablo II

En una entrevista concedida a Radio Vaticano, Mons. Stanislaw Gadecki, arzobispo de Poznań y presidente de la Confernecia Episcopal de Polonia no ha dudado en decir que que la «Relatio» que resume la primera semana del sínodo no es aceptable para muchos obispos. El prelado polaco denuncia que dicho documento se aparta de la enseñanza de San Juan Pablo II, contiene trazas de una ideología antimatrimonial y muestra una falta de visión clara por parte de la asamblea sinodal.
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(Gosc.pl/InfoCatólica)El presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia pregunta: «¿Es el propósito de este sínodo apoyar pastoralmente a las familias en dificultades o el estudio de casos especiales? Nuestra tarea principal ha de ser la de apoyar la pastoral familiar, no golpearla exponiendo situaciones difíciles que existen, pero que no constituyen el núcleo de la propia familia, y que no excluyen la necesidad de apoyar a las familias normales, comunes y corrientes  que luchan no tanto por sobrevivir sino por la fidelidad».

Rechazo de la gradualidad como excusa para el pecado

El arzobispo plantea también la duda sobre el concepto de gradualidad que aparece en la Relatio: «¿Se puede tratar la cohabitación no matrimonial como un paso gradual de camino hacia la santidad?»
Mons. Gadecki advierte igualmente que la Relatio cae en «el pecado de omisión. Se ha impuesto la idea de que la visión del mundo, imperfecta, es un camino hacia la perfección. El documento llama más la atención por lo que no dice que por lo que dice. Podemos hablar de los casos excepcionales pero también debemos presentar la verdad»
Además, indica que «el punto que trata de la posibilidad de que las parejas homosexuales tengan menores a su cargo se presenta como algo aceptable. Ese es uno de los errores del texto, que en vez de incentivar la fidelidad y los valores familiares, acepta las cosas tal y como se presentan. Se da la impresión de que la enseñanza de la Iglesia ha sido implacable, mientras que ahora se inicia la enseñanza de la misericordia».

«TODO ESTO DEBE TERMINAR PORQUE PROVOCA UN GRAVE DAÑO A LA FE»

Cardenal Burke: «un número consistente de obispos no acepta las ideas de apertura, pero pocos lo saben»

En una entrevista concedida a Il Foglio, el cardenal Raymond Burke, Prefecto de la Signatura Apostólica, advierte que en el Sínodo «algunos sostienen la posibilidad de adoptar una praxis que se separa de la verdad de la fe», asegura que «algo no funciona bien si la información es manipulada de modo que se da realce solo a una tesis» y advierte que «un número consistente de obispos no acepta las ideas de apertura, pero pocos lo saben». El cardenal espera un pronunciamiento papal «que solo podrá estar en continuidad con la enseñanza que la Iglesia ha dado durante toda su historia»


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Il Foglio/InfoCatólica) Il Foglio entrevista al cardenal Raymond Burke, Prefecto de la Signatura Apostólica:

¿Qué se ve detrás de la cortina mediática que envuelve al Sínodo?

Emerge una tendencia preocupante porque algunos sostienen la posibilidad de adoptar una praxis que se separa de la verdad de la fe. Aunque debería ser evidente que no se puede proceder en ese sentido, muchos propugnan por ejemplo peligrosas aperturas sobre la cuestión de la comunión concedida a los divorciados vueltos a casar. No veo cómo se puede conciliar el concepto irreformable de la indisolubilidad del matrimonio con la posibilidad de admitir a la comunión a quien vive en una situación irregular. Con esto se pone directamente en discusión lo que nos ha dicho Nuestro Señor cuando enseñaba que quien se divorcia de su mujer y se casa con otra mujer comete adulterio.

Según los reformadores esta enseñanza ha llegado a ser demasiado dura.

Olvidan que el Señor asegura la ayuda de la gracia a quienes son llamados a vivir el matrimonio. Esto no significa que no habrá dificultades y sufrimientos, sino que llegará siempre una ayuda divina para afrontarlas y ser fieles hasta el final.
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Yo no sé cómo se organizan las ruedas de prensa, pero me parece que algo no funciona bien si la información es manipulada de modo que se da realce solo a una tesis en lugar de referir fielmente las diversas posiciones expuestas. Esto me preocupa mucho porque un número consistente de obispos no acepta las ideas de apertura, pero pocos lo saben. Se habla solo de la necesidad de que la Iglesia se abra a las instancias del mundo enunciada en febrero por el cardenal Kasper. En realidad, su tesis sobre temas de la familia y sobre una nueva disciplina para la comunión a los divorciados vueltos a casar no es nueva, ya fue discutida hace treinta años. Desde febrero ha retomado vigor y culpablemente se la ha dejado crecer. Pero todo esto debe terminar porque provoca un grave daño a la fe. Obispos y sacerdotes me dicen que ahora muchos divorciados vueltos a casar piden ser admitidos a la comunión porque lo quiere el Papa Francisco. En realidad, compruebo que, sin embargo, hasta ahora no se ha manifestado sobre esta cuestión.

Pero parece evidente que el cardenal Kasper y los que se encuentran en su línea hablan con el apoyo del Papa.

Esto sí. El Papa ha nombrado al cardenal Kasper al Sínodo y ha dejado que el debate continuase sobre ese camino. Pero, como ha dicho otro cardenal, el Papa no se ha manifestado todavía. Yo estoy esperando un pronunciamiento suyo, que solo podrá estar en continuidad con la enseñanza que la Iglesia ha dado durante toda su historia. Una enseñanza que nunca ha cambiado porque no puede cambiar. (…)

Admitir a la comunión a los divorciados vueltos a casar mina el sacramento del matrimonio, pero también el de la eucaristía. ¿No le parece una deriva que toca el corazón de la Iglesia?

En la primera epístola a los Corintios, en el capítulo 11, san Pablo enseña que quien recibe la eucaristía en estado de pecado come su propia condenación. Acceder a la eucaristía significa estar en comunión con Cristo, ser conformes a Él. Muchos oponen la idea de que la eucaristía no es el sacramento de los perfectos, pero esto es un falso argumento. Ningún hombre es perfecto y la eucaristía es el sacramento de aquellos que están combatiendo para ser perfectos, según lo que pide el mismo Jesús: que lo seamos como Nuestro Padre que está en el cielo (Mt 5, 48). También quien combate para alcanzar la perfección peca, ciertamente, y si está en estado de pecado mortal no puede comulgar. Para poder hacerlo debe confesar su pecado con arrepentimiento y con el propósito de no cometerlo más: esto vale para todos, incluidos los divorciados vueltos a casar.

 Fuente    http://infocatolica.com
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