“EDUCAR PARA EL CONDÓN O PARA EL AMOR”



Como madre "moderna" del siglo XX, creía en muchas cosas que he ido viendo son equivocadas, entre ellas el uso del condón como una manera de solucionar un problema.

Pensaba que si por alguna razón mis hijos "perdían la cabeza" con una chica, era mejor estuvieran protegidos contra alguna enfermedad venérea o un embarazo no deseado.

Ahora veo lo ilógico de mi postura. Al aceptar el uso de un "simple" condón, estaba aceptando que mis hijos en ése entonces adolesentes, tuvieran relaciones sexuales con una chica como si no fueran capaces de controlar sus instintos y como si el acto sexual fuera cualquier cosa.

Siempre pensé en tener sólo un compañero sexual: la persona con la cual me casaría, ¿entonces si piensa uno casarse con alguien y sólo con ésa persona tener relaciones sexuales producto del amor que se profesan, para qué utilizar un condón si no se piensa tener relaciones con varias personas y por lo tanto no se corre el riezgo de contraer alguna enfermedad de tipo sexual? o ¿ porqué voy a utilizar un condón para evitar un embarazo con la persona que amo?

Si no soy capaz de tener un hijo para educarlo y mantenerlo; si no soy capaz de tener un hogar que brindarle entonces; si no soy capaz de tener una pareja para vivir con ella en el matrimonio para convivir, para vivir la vida con sus altas y bajas juntos, ¿vale la pena tener una pareja sexual sólo para darnos placer mutuo?
Cuando se es joven no se piensa en que el placer es pasajero si sólo es éso lo que une a dos personas. Termina tan pronto como empieza. Sólo el amor perdura.

Cuando mis hijos fueron adolescentes tuve miedo de que se unieran a alguien tan jóvenes sin estar preparados para la vida en común. Antes era raro ver a parejas teniendo relaciones sólo por un rato; ahora es cosa corriente y no por ser corriente o común es algo bueno.

El simple pensar en "preparar" el acto sexual con el tiempo suficiente para ponerse un condón, me parece tan fuera de lugar, me parece que se pierde el placer que se busca.
Se vive irresponsablemente la sexualidad siendo el vivir la sexualidad responsablemente lo que se busca.

Qué ilógico, ¿no?
¿Sólo teniendo distintas parejas sexuales, se puede obtener placer? ¿Vivir la sexualidad responsablemente es teniendo sexo con cualquiera, pero usando un condón para evitarnos problemas?

Eso era lo que yo creía, o mejor dicho lo que yo aceptaba aunque no lo creyera. !Qué poco responsables y que inmaduros consideraba yo a mis hijos en ése entonces!

No es fácil ser madre de adolescentes ciertamente y menos cuando ésa etapa se vive al mismo tiempo que un alejamiento forzoso del medio en que siempre se desenvolvieron como sucedió con nosotros.
La adolescencia de mis hijos me "agarró" en una etapa muy pesada en mi vida: estaba saliendo de la difícil situación de perder una casa en la que habíamos puesto nuestras ilusiones, de haber perdido un negocito que teníamos; vivíamos lejos de nuestra tierra y de nuestra gente y en una ciudad con costumbres completamente distintas a las nuestras.

La adolescencia es de por sí una etapa que necesita vivirse teniendo los pies en la tierra como padres para no ser llevados por el vendaval que se agita en nuestros hijos. Yo estaba en el peor momento de mi vida, de tal manera que la adolescencia de mis hijos no fué sencilla ni para ellos ni para mi esposo ni para mí.
Las costumbres son tan distiintas por estos lugares: las chicas se casan o se unen a los muchachos en edades tan tempranas con el consentimiento de sus padres que me dió pánico que "atraparan" a mis hijos que se veían tan distintos a todos los que los rodeaban, se veían tan ingenuos, tan puros y blancos entre los demás muchachos y muchachas que empezaron las chicas a rondarlos .... !a los 11 años de edad! por increíble que parezca, que terminé por decirles a mis hijos que llevaran un condón en su cartera siempre.

Ahora veo que estaba yo muy mal, me aterroricé ante las costumbres tan primitivas según mi punto de vista y caí en aceptar cosas que no aceptaba.

Afortunadamente, para muchos padres las cosas son más sencillas: cuentan con el apoyo de sus familiares para transitar por ésta etapa más fácilmente.

No creo que un condón sea la solución para los problemas sexuales de nuestros hijos, sino una educación en valores, el ejemplo de unos padres que viven su matrimonio de una manera correcta y la unión familiar, entendiendo como familia no sólo a sus padres, sino a los demás miembros de la familia de orígen de cada uno de los padres: "La unión hace la fuerza" es un dicho tan cierto cuando se trata de educar a nuestros hijos. Debemos apoyarnos en los abuelos, en los tíos, en los primos, etc.

Te comparto un artículo que me parece interesante y te invito a reflexionar sobre si realmente crees que un condón va a hacer tu vida más sencilla o si al contrariio, la complica más al darte la sensación de libertad y terminas siendo esclavo de tus instintos en lugar de dominarlos.

















Elizabete Bengoetxea Kortazar < Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Deusto. Máster en Dirección de Empresas Educativas, y Máster en Asesoramiento Familiar. Ha trabajado como Directiva y profesora en varios centros educativos impartiendo clases a adolescentes. En la actualidad es la Subdirectora de Formación de Eskibel Ikastetxea.

SEXUALIDAD EN LA ESCUELA: “EDUCAR PARA EL CONDÓN O PARA EL AMOR”
Original para sontushijos

Tras leer un artículo de Isis Barajas sobre la sexualidad en la escuela y echar un vistazo a los programas de sexualidad que se están diseñando en algunas comunidades autónomas, me he visto animada a que entre todos hagamos una breve reflexión.<

Tanto las instituciones públicas como la UNESCO están lanzando una serie de directrices y programas en educación sexual plagadas de una promoción del aborto, una sexualidad de usar y tirar, y una búsqueda desaforada de placer. La sexualidad en estos programas, basada exclusivamente en la satisfacción del deseo inmediato, queda reducida a mera genitalidad, y nuestros adolescentes reducidos a ser víctimas de sus impulsos sexuales. Estos programas, que se pretenden impartir en los colegios a través de la asignatura de Educación par la Ciudadanía, abordan la sexualidad como algo totalmente desvinculado de la afectividad y de cualquier valoración moral, e incitan a los adolescentes a las relaciones sexuales ocasionales y tempranas, explicándoles pormenorizadamente todos los métodos posibles y zonas del cuerpo que producen mayor placer, y así dejar en sus manos la decisión de usar y manipular su vida sexual. A su vez se estimula al profesorado a promover entre los alumnos diferentes roles sexuales para que cada uno pueda “descubrir” y elegir su identidad sexual. En resumen, nada de capacidad de autodominio, nada de capacidad de autodonación, nada de capacidad de amar, nada de capacidad de sacrificio, cuando sabemos que son valores sin los cuales es imposible alcanzar ninguna meta humana valiosa en la vida en ningún campo, y menos poder llevar una afectividad y sexualidad sana, plena y feliz.

Año tras año, el Ministerio de Sanidad y Política Social invierten grandes sumas de dinero en “campañas de prevención” para disminuir las ETS y los embarazos imprevistos. Estas campañas, que centran su atención únicamente en el uso del preservativo y no en educar en la responsabilidad, no sólo no dan resultado como los números y estadísticas anuales reflejan, sino que normalizan una serie de conductas sexuales vendiendo “sexo seguro” a los adolescentes y provocan que los números de enfermedades sexuales y embarazos imprevistos vaya desbocadamente multiplicándose.

En cualquier proceso de calidad, ahora que estamos todos tan inmersos en este tipo de cultura, el responsable/s de proceso podrían concluir que con este tipo de campañas no se están alcanzando los objetivos previstos por lo que habría que reforzar con otra serie de actividades como áreas de mejora, pero como bien dice el refrán: “No hay peor ciego que el que no quiere ver” por muchas estadísticas que se le presenten.

Se diría pues que la única razón para no querer ver ni querer informar de ello a los jóvenes y a la sociedad son motivos puramente políticos y económicos… Y entre tanto, las víctimas de estas campañas, muchas de ellas mortales tanto biológica como afectivamente, siguen siendo principalmente nuestros adolescentes.